CASABLANCA


Tras pasar por las ciudades españolas de Barcelona, Valencia, Cáceres, Burgos y Zaragoza, los suecos CASABLANCA aterrizaron el pasado 26 de Abril en la sala We Rock de Madrid, acompañados de los nacionales THE WILD ONES, GRIM COMET y NEON DELTA.

Era una tarde de Domingo, llovía a cántaros y la ciudad parecía desierta. La sala We Rock, ubicada en el mismo centro de la capital del antaño imperio español, se encontraba cerrada a mi llegada, unos 10 minutos antes de la hora prevista para que abrieran sus puertas. Entonces tan solo yo y mis pensamientos esperábamos ese momento, lo que trajo a mi memoria algo que leí recientemente sobre un concierto que el gran Bob Dylan celebró para un único y afortunado espectador. Solo que aquello fue premeditado y esto, en caso de confirmarse, no.
Con una puntualidad impresionante fueron subiendo al entablado Anders Ljung (Voz), Josephine Forsman (Batería), Mats Rubarth (Guitarra), y Erik Almström (Guitarra), mientras el público, ataviado en su mayoría con camisetas que no dejaban lugar a dudas de su devoción a la Banda, los saludaba con gritos y vítores.
El vocalista Anders, con una presencia imponente apareció vistiendo una chaqueta roja, un pañuelo que le cubría toda la cabeza, y una botella de vino en la mano. 
The Giant Dreamless Sleep” se ganó el honor de ser el tema elegido para presentar la Banda en Madrid,  excelente comienzo. “Riding a Black Swan” siguió a continuación y la cosa mejoraba todavía más.
Es evidente que el protagonista del grupo, el que mantiene en engranaje funcionando y la atención del respetable, es el cantante Anders. Es una de esas personas que no te las puedes imaginar haciendo otra cosa que no sea lo que hacen. Su cuidada presencia, su desparpajo (en esto es posible que el vino ayude un poco…), su complicidad  con la gente que ha ido a verles - hasta el punto de ofrecer un trago de vino a una pareja que se encontraba en primera fila y que tras enfadarse, se marcharon. Volviendo pasados unos minutos- lo convierten en un verdadero showman. 
Impecable también el trabajo de otro de los pilares del grupo, Josephine, el corazón femenino pero poderoso de CASABLANCA.
Con el último tema del set list, “ Deliberately Wasted” llegó también el final de la botella de vino que había acompañado a Anders desde el inicio y con la que nos había deseado “salud” en repetidas ocasiones a lo largo de la actuación. Los músicos se marcharon del escenario y tras hacerse de rogar  unos minutos, volvieron al mismo. Pero esta vez tan solo Anders, acompañado de otra botella de vino recién abierta, permaneció en él, tomó una guitarra e interpretó la canción “Downtown”, mientras sus compañeros le observaban desde la distancia cerveza en mano.
Al finalizar, el resto del equipo se acercó y juntos interpretaron dos temas más, y antes de que nos diéramos cuenta todo había terminado

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