HIRAX

HIRAX eran los protagonistas de la noche. Este grupo tiene ya una trayectoria dilatada y una legión de fieles que aunque no se cuenta por millones, para el momento de su actuación ya había tomado la sala Lemon.

Lo cierto es que hasta que no empezaron a tocar no habíamos visto ni rastro de su carismático cantante, Katon. Pero en cuanto éste, único integrante que queda de la formación original, apareció en escena y nos mostró su ya famosa expresión diabólica, se desató el caos. La calma controlada que reinaba hasta entonces, dejó paso a todo lo que uno se espera encontrar en un concierto de Trash Metal. En algún momento la prudencia me indicó que lo mejor era retirarme de la primera línea de fuego, antes de que un accidente acabara con mi trabajo de forma prematura.

Pero Katon disfrutaba con lo que estaba ocurriendo, porque eso es lo que hacen los Demonios, disfrutar con el caos. Llegó a decir para animar a los indecisos, con esa gran sonrisa que no abandonó en toda la noche: “¡Eso es lo que quiero…loco!”.

Desde el primer tema “100,000 Strong” la Banda al completo hizo todo lo posible para conseguir que todos los que allí nos encontrábamos pasáramos un buen rato. Katon es un front man de los pies a la cabeza, un cantante experimentado que sabe como complacer a su público. En un momento de la actuación sacó una gran bandera española y la desplegó en el escenario. Luego la besó mientras agradecía a sus fans por el cariño y la lealtad mostrados a lo largo de los años. En realidad, daba la impresión de que efectivamente éramos todos una gran familia.

Por su parte, el Bajista y Guitarrista corrían de un lado para otro, ponían caras, posaban..la sintonía entre ellos era absoluta.

El concierto incluyó un total de 14 canciones que rememoraban la trayectoria de este grupo de Thrash Metal que casi me atrevería a definir como “de culto”. 

Al terminar el set list previsto, los presentes consideraron que no había sido suficiente y exigieron más. Katon y los suyos se hicieron de rogar durante unos minutos para luego salir, primero al encuentro de sus seguidores, con quienes compartieron apretones de manos, abrazos y mucha complicidad, y luego, subir al escenario para acabar con lo que habían empezado aproximadamente una hora antes.